Es increíble cómo las malas estrategias de negocio llevan a convertir a una empresa líder mundial en herramientas de desarrollo en una empresa de retaguardia tecnológica. Específicamente me refiero a Borland Company.
Borland surgió allá por los lejanos años 80 como desarrolladora de los mejores compiladores del lenguaje Pascal y luego de sus ambientes de desarrollo Turbo Pascal (Microsoft en su momento lanzó en Microsoft Pascal que fue todo un fracaso). Ya desde la versión 3 se perfiló como una herramienta innovadora para su tiempo, pero no fue hasta la versión 5 que se consagró al permitir de manera integrada depurar errores. Apenas en la próxima versión (la 5.5) ya incorporaba al lenguaje el soporte (aunque muy rudimentario y con errores conceptuales) del nuevo paradigma de programación: la Orientación a Objetos. En esos tiempos no se conoció ningún marco de trabajo mejor que TurboVision para el desarrollo de aplicaciones con interfaces increíbles sobre MS-DOS, característica nueva en la versión 6. La versión 7 aportó pocas cosas nuevas, no siendo hasta la próxima que cambió de nombre el producto llamándose ahora Borland Pascal, cuya característica fundamental fue la posibilidad de acceso a la API de Windows y poder desarrollar aplicaciones con interfaces que usaban la GUI.