Leyendo el título de este artículo pudieran pensar que se enfrentarán a un debate relacionado con la teología, pero no será así. Creo haber escrito antes algo sobre las diferencias entre profesionales de la computación y la semejanza que tienen sus discusiones con las que sostienen los creyentes con los no creyentes en Dios.

No repetiré lo que ya dije una vez, esta vez me desenvolveré en la rama de mi profesión solamente. Cada día salen nuevas tecnologías y por lo general lo que hacen es dividir a la comunidad en dos bandos, el que la acepta y el que no la acepta; este proceso se repite muchas veces dentro de cada bando y así sucesivamente.

Al final todos están en lo cierto pues “para gusto están los colores…” y eso hace que cada profesional se rodee de un conjunto de tecnologías y herramientas y que luego el cambio hacia otras le resulte falta y a veces nunca lo hacen, aunque queden obsoletas. Pienso que el error está (y pasa actualmente, según creo) en las rencillas que tienen los profesionales de la computación hacia las implementaciones particulares de las tecnologías y no a ellas en su concepción.

Todos entendemos la necesidad y utilidad de AJAX, pero unos prefieren Atlas y otros jAJAX, unos prefieren RPC y otros RMI y así por el estilo pasa con casi todas las tecnologías de desarrollo de software que hay en el mercado. Las motivaciones para que este fenómeno se de son muy variadas, donde intervienen las licencias de software, precios, filosofías y otros factores, cada cual tiene los suyos.

El título de este artículo es con toda intención, le llamaré “los unos” a aquellos seguidores de las tecnologías y herramientas de Microsoft y llamaré “los otros” a aquellos seguidores de las de Linux. No hay desmérito en que precisamente haya sido en ese orden y no al revés por mi ya sabida predilección por Microsoft (es decir yo sería un “uno” y no un “otro”), dada más bien por la fuerza de costumbre, aunque no me declaro un ciego, sino más bien un agnóstico de este tipo de creencias. Bueno, a lo que iba.

Microsoft atacó con medidas drásticas (con las cuales no concuerdo en nada) desde la coerción hasta los juicios a otras empresas etc. Creo que al final haga lo que haga gana siempre el mejor y en eso Microsoft tenía las de ganar sin llegar a esos extremos que tanto dinero le ha costado. Si bien esto fue así, de un tiempo para acá la situación ha cambiado y en vez de seguir luchando contra lo indetenible (fenómeno Linux) ha decidido aliarse sin traicionar sus propios principios (¿no hay mejor estrategia verdad?). Ejemplo de ello tenemos el recién mega-acuerdo con Novell que incluye de todo como en botica (patentes, herramientas, tecnologías de desarrollo, códigos fuentes, etc.) el cual ha sido muy bien visto por su “unos-comunidad” y no tan así por la “otros-comunidad”.

La “otros-comunidad” nació y crece con esa fobia hacia Microsoft sin importar si Microsoft tiene o no razón o si desarrolla algo mejor; lo único que hace el mirarse el ombligo y ser ciega y sorda para cualquier otro criterio. Así son la mayoría de las personas de esa comunidad con las que me he topado alguna vez en mi vida, lo bueno es que tampoco son todas las personas, sino que hay un grupo más asequible que entiende y razona las diferencias y sabe valorar muy bien las cosas.

Son simples cuestionamientos los que quisiera que se hagan ustedes mismos a ver si les sucede lo mismo y lo más que quisiera que supieran apoyar al que realmente tenga la razón para un contexto dado y no se dejen llevar por las creencias tecnológicas, por muy arraigadas que las tengan, la próxima vez que se enfrente a la pregunta de a qué grupo pertenecen, si a los “unos” o a los “otros”.