Con la decisión de migrar todos sus sistemas y aplicaciones a Software Libre del gobierno alemán, hace ya uno tres años, estalló este fenómeno entre los diferentes países, llegando incluso a instancias particulares de ellos. Ejemplo de ello es España donde ya algunas de sus autonomías han tomado la misma decisión, otras no. Lo cierto es que hay protestas por todo el mundo tanto de detractores como de los que piensan igual. Unos porque ven amenazados sus fuentes de ingresos y otros porque quieren que su gobierno haga lo mismo. El principal motivo por el cual la toman es porque “supuestamente” hay una reducción de costes en soluciones informáticas y eso permite mayores inversiones en otras cosas.

Las comillas ahorita en “supuestamente” son a propósito, pues en este punto es donde debe intervenir el equipo de informáticos de las entidades (gobiernos en este caso) para que junto con la dirección y ubicándose claramente en el contexto decidan lo que realmente es mejor para la entidad. Por lo general no se analiza a profundidad y aparentemente se recortan gastos al no pagar licencias por cuestiones de software y cuando se suman los ahorros son significativos, sin embargo, no se tiene en cuenta (o cuando se hace muy superficialmente) varias cuestiones:

  1. El Software Libre no es gratis para nada.
  2. El costo asociado a la capacitación del personal sobre los nuevos sistemas es a veces superior al de las licencias.
  3. El cambio siempre suscita reproches.

Así que los gobiernos lo que no pueden es tomarse a la ligera una decisión tan importante como esta. Deben poder escoger lo que más se ajusta a sus necesidades en su entorno, ahora, eso sí, lo que no pueden es basar sus soluciones sobre protocolos y formatos propietarios.

Todas las soluciones informáticas que se desarrollen deben estar soportadas sobre estándares abiertos, desde los protocolos de comunicación, hasta los formatos de documentos. Para ello debe trabajar con las herramientas más cómodas les resulten que soporten estos paradigmas.

XML se ha convertido en el estándar de intercambio de información, así como los servicios web en el paradigma de la programación distribuida. La arquitectura de cualquier sistema a desarrollar o implantar en una entidad gubernamental sobre todo debe de estar en concordancia con estos lineamientos. XML y servicios web no son los únicos parámetros, existen muchísimos más con los que lidiar.

La idea de redactar este artículo fue dada porque recibí la convocatoria a participar en el primer taller de gobierno en línea que recientemente se desarrolló en la provincia Las Tunas y no quise dejar pasar por alto el llamado de atención sobre las reflexiones antes expuestas.